El comercio electrónico, que viene revolucionando desde hace algunos años la empresa de logística, se enfrenta constantemente a nuevos retos.

En un sector en continuo movimiento surgen cada vez cuestiones a las que es preciso dar una respuesta para mejorar el servicio y satisfacer al cliente, pero no siempre es fácil traducirlo en beneficios. Uno de esos casos son los controvertidos gastos de envío ¿cuál es la estrategia adecuada que complazca a todos? Claro está que el cliente siempre preferirá lo gratis, pero, evidentemente, no siempre será la mejor opción para la compañía.

En la ‘prehistoria’ del comercio electrónico lo habitual era optar por el servicio más barato y arcaico, sin posibilidad de seguimiento y con una gestión altamente engorrosa. Hoy en día nos encontramos con varias alternativas:

Tipos de gastos de envío

–Envío gratis: pueden servir para incentivar las ventas de forma puntual, pero su uso excesivo incrementará notablemente los costes para la empresa.

–Envío variable: poco recomendado por los expertos porque confunde al cliente

–Envío fijo: por una parte, es el mejor aceptado por el consumidor porque puede calcular desde el principio el precio del producto, pero por otro puede ‘espantarlo’ si resulta demasiado elevado.

Teniendo en cuenta estas variables, podemos apuntar algunas recomendaciones para optimizar los gastos de envío:

–Apurar el tamaño de los paquetes: si el artículo es pequeño, es mejor no ‘malgastar’ espacio enviándolo en una caja más grande de lo estrictamente necesario.

–La tarifa plana anual: tal y como hace Amazon. Se paga una cuota anual y de esa manera el cliente se beneficia de envíos sin coste adicional. Eso sí, esto es recomendable sólo si el volumen de la compañía y los pedidos que recibe son muy altos.

-Tiempos de envío: si necesitas especificarlo, indica plazos más amplios para evitar enfrentarte a quejas por el retraso.

-Si tienes clientes muy impacientes recuerda que existe el envío urgente, aunque el coste tendrá que ascender acorde a esa urgencia.

Aunque el mejor consejo siempre será externalizar el servicio y elegir una empresa de logística adecuada. Una labor que puede suponer la diferencia entre el éxito y el cierre de un negocio no debería dejarse en manos del caprichoso destino.